Desde el 1 de enero de 2012 tenemos que pagar más impuestos por las rentas de capital o de ahorro hasta un 6% más en función del tramo de renta que obtengamos.
Entre las rentas de ahorro está incluido intereses de los depósitos bancarios, cuenta remuneradas, dividendos, además de ganancias patrimoniales: acciones, fondos, etc.
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