El pasado 15 de abril, un asteroide del tamaño de un campo de fútbol pasó «rozando» la tierra y nadie se dio cuenta hasta que lo teníamos «encima».
Este asteroide, que tiene entre 50 y 110 metros de diámetro y una velocidad de más de 100.000 km por hora, fue detectado a tan sólo 21 horas de pasar a unos 192.000 kilómetros de la Tierra, la mitad de la distancia que existe entre nuestro planeta y la Luna.
Si hubiera impactado con la tierra podría haber destruido una urbe o toda el área metropolitana de una región y en el mejor de los casos, haberse desintegrado en la atmósfera.
Los expertos indican que asteroides de este tamaño pasan cerca de la tierra una o dos veces al año y no es fácil detectarlo como masas más grandes llamadas “asteroides potencialmente peligrosos”, que podrían acabar con la vida en la tierra.
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