El dolor de garganta es una afección bastante común en los niños cuando llegan los meses más fríos.
Generalmente va a acompañado de catarro y suele resolverse en un par de días.
Mientras tanto, vemos cómo aliviarle en casa y en qué casos habría que acudir al pediatra.
¿Por qué aparece el dolor de garganta?
Puede ser causado por variedad de gérmenes (Virus y bacterias), pero en la mayoría de los casos son víricas, como parte del resfriado común y desaparece en unos 3 días.
Las infecciones bacterianas son más severas y requieren antibióticos, mientras que las víricas resultan más leves y los antibióticos son innecesarios y contraproducentes.
¿Qué síntomas puede tener?
Cuando la garganta está inflamada los principales síntomas son:
- Dolor que provoca que el niño no quiera comer o llore cuando le alimentamos.
- Es común el contagio entre los miembros de la familia.
- La faringitis suele estar acompañada de fiebre, mucosidad, dolor de cabeza e inflamación de los ganglios del cuello.
- Los casos más severos de faringitis se acompañan de dificultad para tragar con babeo y a veces dificultad para respirar.
¿Qué se puede hacer en casa para aliviar y mejorar?
- Evitar los zumos de frutas naturales especialmente ácidas (naranja, pomelo, limón) y los alimentos muy calientes.
- Ofrecer al niño alimentos blandos o semiblandos fáciles de tragar y de sabores suaves (yogures, natillas, purés, tortilla francesa..)
- Conviene que beba bastante agua, que se puede administrar en infusión de manzanilla con azúcar que actúa como antiinflamatorio, pero si no le gusta no hay que forzarle.
- Colocar un humificador en la habitación.
- Se puede dar analgésico (Paracetamol) en todas las edades o ibuprofeno a partir de los 6 meses de edad) pero en la dosis habitual indicada por su pediatra o reflejada en el prospecto y vigile la temperatura del niño.
¿Cuándo hay que acudir al médico o pediatra?
- Si el niño tiene un dolor de garganta que no mejora en dos ó 3 días, si tiene fiebre alta, ganglios inflamados en el cuello o granos o manchas acompañantes.
- Si el niño tiene manchas blanquecinas en la garganta.
- Si el niño no puede tragar líquidos o tiene dificultad para respirar o abrir la boca.
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