Comer y alimentarse de forma saludable es algo que los niños aprenden por imitación y en esto suelen tener de principal ejemplo a las personas que tienen cercanas.
Establecer unas rutinas a la hora de comer es también algo básico y esencial para que poco a poco los niños desde pequeños vayan adquiriendo buenos hábitos alimenticios.
Estos son algunas de las recomendaciones a seguir para que la hora de comer deje de ser una lucha:
Los niños aprenden por imitación:
Dado que los niños imitan lo que ven, es importante que los adultos no muestren ante ellos prejuicio o rechazo a los alimentos, evitando todo tipo de comentarios y gestos en este sentido.
Hay que dar la oportunidad siempre al niño de probar alimentos nuevos. Que sea algo que no nos guste a nosotros, no quiere decir que no le vaya a gustar a él, así que no hay que condicionarle por ello antes de que ni siquiera lo haya probado.
Rutina diaria para las horas de las comidas.
Conviene procurar establecer un horario organizado para las comidas.
No hace falta que sea un horario rígido y estricto, pero sí que mantenga una regularidad, para que más o menos todos los días las comidas sean a las mismas horas.
Los niños necesitan realizar al menos 4 comidas diarias (desayuno, comida, merienda y cena), procurando evitar darles comida entre horas.
La comida debe ser un momento agradable.
El momento de la comida no debe convertirse en una lucha o pulso entre los padres y el niño.
Debe haber un ambiente tranquilo y agradable a la hora de comer, y una variedad de alimentos sanos y nutritivos.
Es importante no dar de comer al niño con prisas y comprender que él tarda más tiempo que nosotros. Hay que darle el tiempo que necesite para comer y tener paciencia y tranquilidad.
Los alimentos no deben nunca utilizarse como premios o castigos.
No hay que decir nunca «si no te lo comes te quedarás sin postre», o «no nos vamos a ir de aquí hasta que no te lo termines». Frases como esas no harán más que agravar el problema.
No obligar nunca al niño a comer.
No se debe amenazar, reñir, castigar o mostrar ansiedad. Esto sólo hace más grande el problema.
Es importante un ambiente relajado para que el niño se muestre tranquilo y coma en función de sus necesidades.
Televisor apagado y tranquilidad en la mesa.
Un aviso de que en 5 minutos vamos a comer, dará tiempo al niño para calmarse, lavarse las manos, y sentarse tranquilo. Un niño que esté agitado, nervioso o que esté cansado, tendrá más dificultades para comer.
El televisor debe estar apagado. En vez de ver la tv, es mucho mejor mantener un ambiente familiar agradable y discendido, donde se mantengan conversaciones con calma, y el niño participe de la hora de comer sentado con todos a la mesa.
Establecer normas sencillas de comportamiento.
Mientras se trate de bebés que inician la alimentación complementaria, es importante que vayan probando cogiendo con sus manos los alimentos y es normal que los tiren al suelo o se ensucien. No podemos pretender que coman como un adulto de la noche a la mañana.
Debe favorecerse que el niño coma solo y para aprender es normal y hay que comprender que se manche y que se desordene la mesa o se ensucie el suelo.
Sin embargo, una vez que van creciendo los niños, se pueden ir estableciendo unas sencillas normas de comportamiento a la mesa, como permanecer sentado, no hablar con la boca llena, no tirar comida al suelo, sustituir el beber del biberón por un vaso(los hay especiales de aprendizaje), aprender poco a poco el manejo de los cubiertos..
Para ello debe mantenerse una actitud siempre calmada, insistiendo con voz firme pero tranquila, y teniendo paciencia día a día, para que poco a poco el niño se vaya habituando y se convierta en algo normal.
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