La secreción de lagañas y ojos rojos provocados por una conjuntivitis es algo bastante habitual en niños y bebés.
Puede ser provocada por virus, bacteria o alérgenos, debiendo aplicarse el tratamiento conveniente en cada caso.
Es muy contagiosa, por lo que es importante seguir las recomendaciones que indicamos para evitar el contagio en los dos ojos o su propagación.
¿Qué es la conjuntivitis y por qué aparece?
La conjuntivitis surge cuando una infección, un agente irritante o algún alérgeno inflama la membrana mucosa transparente que recubre la parte blanca del ojo y la superficie interna del párpado, denominada conjuntiva.
¿Cuáles son los síntomas de la conjuntivitis?
Cuando la zona blanca de los ojos y el borde inferior de los párpados se ponen rojos, es posible que nuestro niño o bebé sufra de conjuntivitis.
Mientras dure la infección de la conjuntiva es normal que aparezcan lagañas y que los ojos estén lagrimosos.
Debido a que los bebés tienen el conducto lagrimal estrecho, es habitual que sufran alguna vez una infección de la conjuntiva.
¿Cuál puede ser la causa de la infección y cómo tratarla?
Te indicamos los tipos de conjuntivitis que hay para que puedas orientarte sobre lo que le sucede a tu pequeño, aunque siempre debe ser el pediatra quien valore cada caso y su tratamiento más adecuado.
En el caso de los recién nacidos, conviene acudir al pediatra de inmediata para descartar que se trate de una infección grave.
Conjuntivitis vírica:
Los virus son la causa más común de la conjuntivitis. Si además de la conjuntivitis tu niño tuviera algo de resfriado, es muy posible que la infección sea viral.
Este tipo de conjuntivitis normalmente desaparece por si sola en unos días.
El pediatra en este caso suele recomendar que con las manos bien limpias se laven con cuidado los ojos del pequeño impregnando con suero fisiológico para retirar así las secreciones con suavidad y limpiar bien la zona.
Se debe emplear una gasa diferente para cada ojo, para evitar que la infección pase de uno a otro y se deben limpiar desde la parte de dentro del ojo hacia afuera (desde la zona lagrimal al exterior).
Conjuntivitis bacteriana:
En este caso suelen aparecer lagañas o secreciones amarillas que pueden ocasionar que los párpados se peguen o se inflamen. Si es así, suele estar provocado por bacterias estafilococo, estreptococo o haemophilus.
El pediatra en este caso suele recetar unas gotas o pomada de antibiótico que habrá que poner en los ojitos del pequeño aproximadamente durante 7 días.
- Para echar las gotas en el ojo, lo más sencillo es ponerle las gotas cuando el ojo esté cerrado, echándolas en la comisura interna del ojito del pequeño. Al abrir el ojo, las gotas se extenderán por la superficie del ojo.
- Para administrar la pomada, se puede poner un poco en el párpado inferior, de forma que al cerrar el ojo se extienda por toda la superficie.
Conjuntivitis alérgica:
Puede que tu pequeño esté sufriendo por el contrario una reacción alérgica ante algún agente irritante, como puede ser el humo, el polvo o el polen.
En este caso los síntomas principales son ojos rojos, llorosos y que se frota a menudo, y goteo acuoso por la nariz.
Podrás aliviarle un poco los síntomas colocando una compresa tibia sobre sus ojos.
Estas reacciones alérgicas no muy poco comunes en los bebés con menos de 1 año.
En este tipo de conjuntivitis, es posible que el médico recomiende realizar alguna prueba para determinar el alérgeno causante y mantenerlo así alejado de él.
Recomendaciones y consejos:
- Antes y después de aplicar las medicinas o proceder a limpiar los ojitos del pequeño, conviene lavarse muy bien las manos con agua y jabón.
- Para limpiar los ojos con conjuntivitis en cualquier de las casos, debe emplearse una gasa impregnada en suero fisiólogico. Debe utilizarse una gasa diferente para cada ojo, evitando así en lo posible que la infección pueda pasar de uno a otro.
- No se debe reutilizar ni compartir nunca medicamentos, ya sean pomadas o gotas ya abiertos, ya que podrían empeorar la infección al no ser ya estériles.
- Es importante administrar el tratamiento con antibiótico durante el tiempo que el médico haya prescrito, aunque los síntomas de la conjuntivitis parezca que ya hayan desaparecido o remitido, ya que la infección podría reaparecer de nuevo.
¿Es contagiosa la conjuntivitis?
Sí, tanto la conjuntivitis vírica como bacteriana es muy contagiosa.
Es por ello que para evitar el contagio, se deben lavar muy bien las manos antes y después de realizar el tratamiento o proceder a lavar los ojos con suero fisiólogico para retirar las lagañitas acumuladas.
Conviene también mantener separadas las toallas y ropa del niño y lavarlas con frecuencia para evitar la propagación de la infección.
En el caso de que el pequeño vaya a guardería, algunos centros suelen indicar a los padres que no lleven a sus hijos mientras permanezcan los síntomas o hasta que la infección remita para evitar la propagación al resto de los niños.
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