Robo de cartera con tarjetas de crédito: ¿qué hacer?

Los delincuentes llamados «carteristas» están al acecho siempre y en mayor o menor medida en todas las ciudades y más en estos tiempos que corren.

Por lo que conviene llevar siempre a buen recaudo la cartera y en caso de robo o extravío, saber de antemano cómo actuar para evitar que nos roben el dinero a través de las tarjetas de crédito que pudiéramos llevar.

En el caso de sufrir un robo de este tipo, indicamos la forma en que debe proceder para evitar problemas mayores:

1. Es importante llamar por teléfono a la entidad bancaria o sucursal emisora de la tarjeta para que procedan a bloquearla y la anulen así como medio de pago. Normalmente todos los bancos y cajas disponen de un teléfono operativo las 24 horas para este tipo de gestiones.
2. Conviene tomar nota de la fecha y hora de la llamada de aviso a la entidad para demostrar que se informó del robo en tiempo y forma, por si se diera el caso por ejemplo de que por error informático hubieran tardado en anularla más tiempo del debido y en esa franja se hubiera producido un uso fraudulento de la tarjeta.
3. Acudir a denunciar a la comisaría la desaparición de la tarjeta y guardar una copia de la denuncia.

   En esta denuncia debe figurar la fecha y hora de la pérdida, ya que son datos imprescindibles si hubiera que presentar este documento como justificante a la hora de reclamar al banco y pedir responsabilidades.

4. Hecho esto, habría que acudir a la entidad bancaria para solicitar una nueva tarjeta.

   No deberían cobrarle ninguna comisión por este trámite, pero está bien que se asegure de ello antes de que se lo gestionen para evitar sorpresas.

   En el caso de que se hubiera hecho un uso fraudulento de la tarjeta extraviada, el banco procederá a investigar si el usuario llevaba anotada su clave de acceso junto a la tarjeta. En este caso, la responsabilidad final del mal uso de la tarjeta sería del usuario.

5. La entidad bancaria se responsabilizará también en los casos de uso fraudulento de la tarjeta cuando existe robo con fuerza, o de duplicado de tarjeta.

Como producto bancario que son, las tarjetas están protegidas con un seguro que se hará responsable de las contingencias que puedan producirse.