Vengo del médico y me ha fastidiado el día. ¡Pues no me ha dicho que no tengo nada! ¿Qué sabrá él? Va el tío y me dice que no tengo que tomar ningún medicamento, que estoy sanísimo… ¡Pues claro que estoy sanísimo! ¡Porque tomo medicamentos!
A mí es que los medicamentos me dan mucha seguridad. ¿A ustedes no les parecen una maravilla? Son lo más parecido a un milagro: tú te tomas una pastilla… ¡y se te quita el dolor de cabeza! Ella se toma otra… ¡y ya no se queda embarazada!
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