¿Qué ven los bebés recién nacidos? La visión de los bebés

La visión es el sentido menos desarrollado en un bebé recién nacido, pero se irá desarrollándo rápidamente durante los primeros meses de su vida.

Es habitual que los bebés recién nacidos mantengan los ojos cerrados la mayor parte del tiempo. No debemos alarmarnos, pues no tiene relación con defectos de visión.

Desde el primer momento el bebé puede ver, aunque la zona central de la retina no esté todavía desarrollada y su visión sea limitada y no enfoque los objetos con nitidez.

El recién nacido no ve como los adultos, se fija más en los objetos que están en movimiento y en las caras de las personas que le rodean. Percibe cambios en la intensidad de la luz: destellos, reflejos, cuando una luz se enciende desde la oscuridad total… y puede fijar puntos de contraste.

¿Cómo es su visión en los primeros meses?

• Al poco de nacer: Uno de los primeros estímulos visuales que el neonato será capaz de interpretar es el rostro de la madre. Y no sólo eso, sino que comenzará a asociar ese rostro a una serie de sensaciones placenteras: la voz, el tacto, las caricias, el calor, la saciedad del hambre, etc…

• A las 2 semanas: Muestra interés por los objetos alargados y contrastados con el fondo. El “objeto” que mejor reúne estas características es el rostro humano; y dentro del rostro humano tiende a fijarse más en la zona que rodea a los ojos.

• Al mes: El bebé comenzará a mostrar un cierto interés por el entorno; pero su atención se circunscribe a un radio muy limitado y durante muy cortos periodos de tiempo.

• A las 8-10 semanas: Puede seguir un objeto que se mueve despacio a una distancia de 30-60 centímetros en un arco de 180 grados. Su atención podrá pasar del centro difuso de los objetos al contorno de los mismos, es decir, comienza a hacerse selectiva. Además este progreso se acompaña de un mayor control de la cabeza.

• A partir de las 10 semanas: se produce un avance notable en la capacidad visual del bebé. Es capaz de percibir bastante bien los detalles más pequeños, y puede enfocar casi a cualquier distancia. Si a esta nueva capacidad le añadimos el hecho de que ya puede abrir y cerrar las manos, dirigirlas hacia un objeto y golpearlo.

En definitiva, a través de la mirada se establece el principal intercambio entre el bebé y su entorno, empezando por los padres, pero la visión es el sentido menos desarrollado en el recién nacido. Por ello requiere un proceso de adaptación y aprendizaje que hemos intentado resumir.

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