En la crisis nuclear de Fukushima estamos siguiendo a diario las labores de los liquidadores que intentan enfriar el núcleo de la central nuclear que fue gravemente dañado por un terremoto seguido de un tsunami.
¿Pero quién son los liquidadores? En este artículo vamos a hablar de la labor de estos héroes, y posiblemente condenados a muerte por los altos niveles de radiactividad que están recibiendo; al menos eso fue lo que les ocurrieron a los que trabajaron en el desastre de Chernobyl.
¿Quiénes son los llamados «Liquidadores»?
Se dio el nombre de «Liquidadores» a cada una de las 600.000-800.000 personas aproximadamente entre bomberos, ingenieros y trabajadores de la central, militares, obreros y voluntarios que intentaron minimizar en lo posible las consecuencias del desastre nuclear de Chernóbyl que sucedió en 1986, contando tan sólo con improvisadas corazas de plomo de unos 30kg, y unas obsoletas mascarillas.
Se encargaron de apagar los incendios de la central, recoger los materiales esparcidos por la explosión en el reactor en un amplio radio alrededor y entre otras tareas la más importante de construir el sarcófago o estructura creada para contener en la medida de lo posible la radiación liberada por los dañados reactores de la central, absorbiendo gran cantidad de radiactividad con consecuencias fatales.
¿Qué consecuencias tuvo la radiactividad en los liquidadores?
Miles de liquidadores murieron a causa de los efectos de la radiación y otros muchos sufrieron efectos secundarios. Según el sindicato de Chernóbil, la principal organización de liquidadores, hubo un total de 60.000 muertos y 165.000 discapacitados a corto y medio plazo por las consecuencias del desastre nuclear. Aunque la cifra exacta de afectados nunca se podrá llegar a determinar debido los efectos a largo plazo de la radiactividad.
En Fukushima, ya más de una decena de liquidadores de la central han tenido que ser hospitalizados por las altas dosis de emisiones recibidas, algunos de ellos por importantes quemaduras al sumergir sus pies en agua altamente radiactiva sin calzado de seguridad adecuado.
¿Quién fueron los 3 héroes de Chernobyl?
En Chernobyl de entre los miles de liquidadores destacó la historia heróicas de los llamados «tres héroes de Chernobyl«.
Según cuenta la historia, en Chernobyl hubo tres héroes que se prestaron voluntarios a la penosa tarea de abrir las esclusas de las piscinas rebosantes de agua radiactiva para evitar nuevas explosiones por vapor acumulado que liberarían aún más cantidades de emisiones radiactivas que se propagarían a toda Europa produciendo además la filtración y contaminación del subsuelo.
- Alexei Ananenko: ingeniero nuclear, participó en la construcción de la central nuclear de Chernobyl y cooperó en el diseño de las exclusas, sabiendo por tanto donde estaban situadas y su funcionamiento. Estaba casado y con un hijo.
- Valeriy Bezpalov: era otro de los ingenieros que trabajaban en la central, estaba también casado y tenía 3 niños.
- A ellos se sumó un joven trabajador de la central sin familia llamado Boris Baranov.
A pesar de los efectos de la alta radiación provocando naúseas, mareos, sabor metálico en la boca, quemaduras en la piel, se adentraron en los restos del dañado reactor y se sumergieron en el agua radiactiva para abrir las válvulas a mano.
Consiguieron abrir las esclusas y un millón de metros cúbicos de agua radioactiva escaparon en dirección a la zona de acumulación segura preparado a tal efecto.
¿Qué fue de ellos?
Lo cierto es que nadie lo sabe a ciencia cierta.
Algunas versiones dicen que no regresaron y quedaron allí sepultados. Otras que fallecieron poco después debido a los efectos de la radiactividad recibida en hospitales de Kiev y Moscú y en algún otro caso se cuenta que el joven Baranov fue el único que pudo sobrevivir por un tiempo.
Se cumplen ahora 25 años desde el desastre de Chernobyl de 1986, y aunque nunca se supo más de ellos, siempre serán considerados como tres ejemplos de valentía de entre los miles de liquidadores voluntarios que se ofrecieron entonces, al igual que está sucediendo ahora en Fukushima, a echar una mano aún a riesgo de sus propias vidas.
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